Por qué Consilio
CONSiLIO es una derivación de consilium, que en latín, significa consejo
La crisis financiera que se inició en 2007 supuso pérdidas patrimoniales relevantes para muchos inversores que, en numerosos casos, más de diez años después no se han recuperado. Los grandes patrimonios no sólo no salieron indemnes sino que, en ocasiones, resultaron aún más perjudicados que otros inversores "teóricamente" menos sofisticados. Igualmente sucedió con inversores institucionales que cosecharon pérdidas y quebrantos derivados de inversiones inadecuadas en productos o en activos no acordes con sus objetivos fundacionales ni con las propias necesidades de la institución.
Sin embargo, las malas prácticas (conflictos de interés, ausencia de información, confusión en la explicación de las implicaciones de las decisiones de inversión, falta de conocimiento del producto por parte del vendedor, información deficiente sobre los riesgos asociados) no sólo no han desaparecido sino que, en ocasiones, se han agudizado.
La necesidad de cubrir pérdidas generadas por otros negocios (inmobiliario, banca de inversión, provisiones por contingencias judiciales...), las necesidades de capital por cambios regulatorios a nivel internacional, la búsqueda de márgenes excesivos en un entorno de rentabilidades muy bajas para
los activos financieros, con tipos de interés en mínimos históricos hace que, como práctica extendida, las entidades bancarias prioricen sus propios intereses a los de sus clientes.
Por ello, CONSiLIO considera que sólo desde la INDEPENDENCIA, es posible eliminar todos esos potenciales conflictos de interés y a los efectos de la normativa europea MIFiD II, Consilio Asesores Patrimoniales Independientes EAF SLU se ha declarado una empresa de asesoramiento financiero INDEPENDIENTE
En este conflicto de interés, los más perjudicados son la parte más débil: los inversores.
Las entidades bancarias han optado además, en este entorno, y para hacer frente a los requerimientos de los organismos reguladores por "autoprotegerse", incrementando el volumen y complejidad de la documentación a firmar por los clientes (sin que, en muchas, ocasiones sean conscientes de lo que firman) o restringiendo al máximo las posibilidades de inversión (acotando productos, perfiles cerrados...), ambas prácticas, perjudiciales para el inversor.
Por todo ello, CONSiLIO considera que es imprescindible un asesoramiento verdaderamente independiente y de calidad, que defienda los intereses del inversor frente a los de la entidad o entidades financieras con las que decida tener depositadas sus inversiones. Esto es especialmente relevante para patrimonios de elevado volumen sobre los que una pequeña mejora en costes o la simple decisión de no realizar una inversión excesivamente arriesgada pueden ahorrar cantidades muy relevantes de dinero y de problemas.