La trampa de liquidez (I)

Bocetos de economía

La trampa de liquidez (I)

Los economistas denominan "trampa de liquidez" a la situación de tipos de interés bajos y tasas elevadas de ahorro que provocan que la política monetaria se muestre inefectiva.

Un papel de la Universidad de Princeton explica que la trampa de liquidez se refiere a una situación en la que los tipos de interés nominales son iguales o cercanos a cero y que, por ello, los bancos centrales se muestran incapaces de estimular la economía a través de medidas de política monetaria expansiva. Puesto que el coste de oportunidad del dinero es cero, incluso aunque la autoridad monetaria incremente la cantidad de dinero para tratar de estimular la economía, el público acumula la liquidez en lugar de gastarlo o invertirlo. Una situación de "trampa de liquidez" es, a la vez, causa y consecuencia de un proceso de espiral deflacionista. Este círculo vicioso se caracteriza porque el estancamiento económico es persistente y los tipos de interés nominales extremadamente bajos provocan que las expectativas de inflación muy bajas conlleven tasas de interés reales (definidas como tasas de interés nominales menos la tasa de inflación) elevadas, abortando cualquier atisbo de recuperación económica.

Los dos ejemplos tradicionales de "trampa de liquidez" son la Gran Depresión en EE.UU. durante los años 30, tras el crack de 1929 y el fenómeno deflacionista en Japón, a partir de los años 90 del siglo pasado y en el que aún están inmersos. Desafortunadamente, la situación que hoy viven las principales economías occidentales no dista mucho del escenario descrito.

DEVALUACIONES Y "SEÑOREAJE"

Las devaluaciones competitivas, que a través de las políticas monetarias ultra expansivas se están produciendo en todas las monedas no son un fenómeno nuevo. Tras la Gran Depresión, en 1929 se produjo una espiral de devaluaciones en el que cada país buscaba mejorar la competitividad de sus exportaciones. El resultado de este proceso no sólo no favorece a ningún país ya que se trata de un juego de "suma cero" sino que, finalmente conlleva un empobrecimiento global puesto que fomenta el proteccionismo y reduce el comercio internacional. Lo estamos viendo en la actualidad donde las los resultados de comercio internacional no hacen sino bajar trimestre tras trimestre.

Devaluar es una práctica tan antigua como la existencia de la propia moneda. Los príncipes medievales que tenían la potestad de emitir moneda y que ante las dificultades económicas generaban aleaciones de más baja calidad para financiar sus déficits, normalmente generados por las costosas campañas bélicas, abusaron generosamente de esta técnica que se denominó "señoreaje". En realidad, era una suerte de depreciación del valor de una moneda, reduciendo la cantidad de metal precioso que se incluye en cada moneda al acuñarla, lo que terminaba provocando un efecto de expulsión (crowding out) de la moneda buena en favor de la moneda mala que es la que se mantiene en el mercado ya que los agentes económicos acaparan la moneda más rica en metal precioso y la retiran del mercado.

Los economistas denominan "trampa de liquidez" a la situación de tipos de interés bajos y tasas elevadas de ahorro que provocan que la política monetaria se muestre inefectiva.

Un papel de la Universidad de Princeton explica que la trampa de liquidez se refiere a una situación en la que los tipos de interés nominales son iguales o cercanos a cero y que, por ello, los bancos centrales se muestran incapaces de estimular la economía a través de medidas de política monetaria expansiva. Puesto que el coste de oportunidad del dinero es cero, incluso aunque la autoridad monetaria incremente la cantidad de dinero para tratar de estimular la economía, el público acumula la liquidez en lugar de gastarlo o invertirlo. Una situación de "trampa de liquidez" es, a la vez, causa y consecuencia de un proceso de espiral deflacionista. Este círculo vicioso se caracteriza porque el estancamiento económico es persistente y los tipos de interés nominales extremadamente bajos provocan que las expectativas de inflación muy bajas conlleven tasas de interés reales (definidas como tasas de interés nominales menos la tasa de inflación) elevadas, abortando cualquier atisbo de recuperación económica.

Juan Jesús Gómez Cubillo

es Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Navarra, en la rama de Economía General y European Financial Advisor (EFA)

Se diplomó en Financial Markets and Wealth Management por la Universidad de Georgetown.

Juan Jesús cuenta con 20 años de experiencia en el sector financiero y en asesoramiento patrimonial y en gestión de inversiones.

Fue Director en Morgan Stanley y máximo responsable desde el inicio de Cajamar Banca Privada, siendo Director de Área de la entidad financiera.

Ya en el ámbito "familiy office" fue Socio-Director de Family Office de Arcano y Director del Área de Grandes Patrimonios de Tressis, SV.

Juan Jesús es Socio-Fundador de CONSiLIO Asesores Patrimoniales Independientes EAFI, S.L., está casado y es padre de 4 hijos.

Juan Jesús Gómez Cubillo

es Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Navarra, en la rama de Economía General y European Financial Advisor (EFA)

Se diplomó en Financial Markets and Wealth Management por la Universidad de Georgetown.

Juan Jesús cuenta con 20 años de experiencia en el sector financiero y en asesoramiento patrimonial y en gestión de inversiones.

Fue Director en Morgan Stanley y máximo responsable desde el inicio de Cajamar Banca Privada, siendo Director de Área de la entidad financiera.

Ya en el ámbito "familiy office" fue Socio-Director de Family Office de Arcano y Director del Área de Grandes Patrimonios de Tressis, SV.

Juan Jesús es Socio-Fundador de CONSiLIO Asesores Patrimoniales Independientes EAFI, S.L., está casado y es padre de 4 hijos.

Ignacio Marín Ocaña

es Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid y MBA por el IEB con especialización en finanzas, además de Máster en Gestión de Inversiones (MEFF).

Ignacio cuenta con 16 años de experiencia en asesoramiento patrimonial y en gestión de inversiones.

Inició su carrera en Grupo Banco Espírito Santo (BES), como gestor de Fondos de Inversión donde obtuvo el premio Lipper como gestor del mejor fondo de inversión de TMT.

Además, Ignacio fue Responsable del Área de Gestión de SICAVs en BES.

Posteriormente, y ya en el ámbito "family office", fue Director de inversiones de Arocapital (Family Office) y Responsable de inversiones y Asset Allocation de M&B Capital Advisors.

Ignacio es Director de Inversiones de Consilio Asesores Patrimoniales Independientes EAFI, S.L., está casado y es padre de 2 hijos.